No obstante, algo había que hacer con ellos, los pobres.... Así que nos fuimos al salón de actos y participaron en un juicio teatralizado, donde los encantados voluntarios hicieron de jueces, abogados, fiscales, imputados y hasta testigos.
A continuación disfrutaron de juegos con las bicis en el patio cubierto y como avituallamiento tomaron un caldito y un chocolate caliente junto a unas ricas patatas EL CÁNTABRO.
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